Consiste en un registro clínico electrónico que centralizará los datos de los centros de atención o unidades similares en catorce planteles estatales, desde Arica a Punta Arenas, con impacto tanto a nivel sanitario como académico.


Un proyecto impulsado por una alianza de catorce universidades públicas chilenas hará posible la instalación de un registro clínico electrónico en los centros de salud o unidades afines en estas instituciones, ubicadas desde la Región de Arica y Parinacota hasta Magallanes.

Su piloto se llevará a cabo en la Universidad Arturo Prat de Iquique; y la Universidad de O’Higgins, en Rancagua.

Se estima que sus beneficiarios potenciales podrían alcanzar a los 114 mil estudiantes, aunque su implementación definitiva dependerá de superar desafíos como la compatibilidad con sistemas existentes y la disposición de cada institución a adoptar un nuevo modelo de gestión de datos de salud, afirma Alonso Carvajal, analista de datos y coordinador del proyecto.

La iniciativa es parte de las acciones de la Red de Salud Digital de Universidades del Estado (RSDUE), cuyo propósito es contribuir a la formación de nuevos especialistas en este campo, considerando el déficit de al menos ocho mil personas que tiene Chile para avanzar en la transformación del sistema sanitario.

El desarrollo permitirá migrar desde el uso de papel en que, hasta ahora, se gestionaban las atenciones en dichos espacios; a un repositorio digital centralizado que compartirá datos con fines sanitarios y académicos entre las entidades.

El repositorio permitirá centralizar múltiples datos de prestaciones sanitarias, entre ellas, condiciones médicas del paciente, resultados de laboratorio, historial médico, así como también organizar de manera más fluida el agendamiento de citas, uno de los grandes problemas que enfrentan los establecimientos.

Al mismo tiempo, el prototipo ofrece un espacio para la formación de capacidades en tecnologías de información para estudiantes de carreras relacionadas con la salud, entre ellas enfermería y medicina.

La solución, un software que compartirán las instituciones participantes, y que tiene la ventaja de ser interoperable bajo estándares de uso internacional.

Las principales características del programa es que se desarrolló bajo código abierto (con lo cual los distintos actores pueden adaptarlo a sus propios requerimientos); escalable y multidisciplinario, pensando en integrar en fases posteriores a más especialidades; colaborativo, en relación a la posibilidad de compartir datos y aprendizajes entre instituciones; y su carácter de bien público, es decir,  destinado a beneficiar a todas las universidades del Estado y sus comunidades.

Piloto en O’Higgins e Iquique

La implementación del proyecto comenzará en dos regiones, específicamente en las universidades Arturo Prat (UNAP) y de O’Higgins (UOH). Ambas instituciones serán las primeras en integrarse a un registro que se espera pueda adaptarse a los requerimientos particulares de cada unidad.

En la UOH, el proyecto será parte de una unidad de salud interna que es transversal a distintas escuelas, específicamente para el área de salud mental. La implementación de un repositorio digital para la atención presencial y remota de las y los estudiantes desde la Dirección de Salud Mental podría también tener beneficios al nivel de consultas en otras áreas. “Tener este software ayudará a realizar las atenciones de salud mental de las y los estudiantes de forma presencial y virtual, para luego poder utilizarlo en las distintas atenciones de salud y tener la información centralizada e integral de cada estudiante”, valoró Estefanía González, quien es directora de la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins.

Horas, diagnósticos y exámenes

El proyecto cuenta con el apoyo de una empresa internacional, especializada en el desarrollo de software en salud. El trabajo hizo posible que la solución disponga de varios módulos de funcionamiento. El primero es el de “pacientes”, que es donde se almacenan los datos demográficos, laborales o de contacto, entre otros; luego, un panel de control, donde el usuario puede verificar las atenciones que ha recibido, sus diagnósticos, exámenes de laboratorio o tratamientos.

“También tiene la posibilidad de hacer seguimiento. Por ejemplo, si tuvo una atención nutricional, puede ir viendo semana a semana qué es lo que ha sido indicado por el especialista médico”, puntualiza el analista de datos, Alonso Carvajal, quien acota que el software también incorpora opciones para los profesionales de la salud, tales como técnicos en enfermería, médicos en sus distintas especialidades o enfermeros; agendamiento de horas y medicamentos.

Actualmente, Chile tiene un déficit de al menos 8 mil profesionales para avanzar a una etapa intermedia en la adopción de nuevas tecnologías en el sector salud, pero, según un diagnóstico de la alianza, las casas de estudio públicas evidencian un nivel inicial en su madurez para formar a los profesionales y técnicos capaces de implementar y gestionar nuevas tecnologías en el sector.

En este contexto, la Red de Salud Digital de Universidades del Estado –cuyo financiamiento es parte del programa para el mejoramiento de las instituciones del Ministerio de Educación, y se ha prolongado por todo 2025– tiene como misión ayudar a que los planteles locales avancen a la resolución estructural de esta brecha, optimizando los programas de pregrado y postgrado para este desafío.

Fuente: https://eltipografo.cl/2024/09/chile-y-francia-firman-convenio-para-el-desarrollo-de-la-industria-del-hidrogeno-verde

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